Sin duda, cuando se trata de un matrimonio de varios años y sobre todo, cuando existen hijos, debemos poner nuestro máximo esfuerzo por tratar de salvarlo. Desgraciadamente, no siempre es posible.
Hay muchas cosas que se pueden hacer por salvar un matrimonio antes de que la crisis ocurra. Sin embargo, no siempre nos damos cuenta de en dónde hemos fallado o cuándo cometemos un error.
Tal vez no se trate de esta mujer o alguna otra, se trata de un matrimonio que estaba agonizando, posiblemente, mucho antes de que la infidelidad ocurriera. ¿Te has preguntado por qué él ya no te trata como antes? Tal vez sea que su amor por ti está muriendo y ésta es una fase delicada, pues podrías perderlo para siempre.
En cambio creo que tú has dado un paso de avance. La agresión genera agresión. Si tú le gritabas o lo agredías verbalmente, ¿qué otra respuesta podrías obtener? Esto sin hablar del efecto emocional negativo que las discusiones de los padres generan en los hijos, tu depresión es fácilmente evidenciable para tus hijos.
La clave está, entonces, en continuar comportándote pacíficamente, de trabajar por lograr un entendimiento, conversar. Háblale de tus sentimientos, dile que realmente quieres salvar esa relación y que pondrás todo tu empeño para lograrlo, pero usa cierta dosis de orgullo y no le dejes ver que mueres por su amor.
Para lograr una verdadera solución, se debe tratar el mal de raíz. Así que, preocúpate tú por pensar en cómo sanar tu relación con él, cómo superar los puntos débiles y muy importante, cómo conquistarlo de nuevo. Si lo logras, y todavía te quiere, la otra relación se caerá por su propio peso y entonces, nada ni nadie podrá separarlos.