En tu relación está ocurriendo el temor de toda persona adulta que se casan con personas mucho más jóvenes que ellos o ellas; los conflictos generacionales se imponen.
Cuando nos enamoramos, nuestra capacidad de raciocinio se ve afectada y no nos permite ver las consecuencias de nuestros actos. Cuando te casaste tan joven y con un hombre que era mucho mayor que tú quemaste etapas de tu vida y eso siempre a la larga trae consecuencias.
Tienes una gran confusión de sentimientos, y te toca a ti y sólo a ti, aclararlos. Yo no puedo decirte qué debes hacer o si en realidad amas a este otro muchacho. Tú debes ponerte a prueba a ti misma y hacer lo que tal vez hace tiempo debiste haber hecho: poner en una balanza cuánto estás dispuesta a ceder para conservar tu matrimonio y cuánto no.
Tal vez ames al chico o no. Pero lo que sí es evidente, es que te ha hecho dudar del amor por tu esposo; y si quieres mantener la vida de mujer casada que llevas, ahora, no te precipites trata de llegar a un acuerdo con tu esposo. Háblale de tus necesidades y cómo te está afectando. Pregúntale lo mismo que te has cuestionado: ¿Cuánto está dispuesto a ceder para mantener la relación?
La respuesta la tienes tu y de eso dependerá el futuro de tu matrimonio. Si ambos llegan a un acuerdo de dar y recibir, es posible que superes la crisis y puedas salvar la relación.
En cambio, si del autoanálisis que realices, te das cuenta que salir, ir a discotecas y divertirte es más importante para ti en esta etapa debes tomar una decisión más trascendental. Pero recuerda, ante cualquier decisión que tomes no olvides que tienes un hijo por el que velar y este hecho te hace diferente a otras muchachas de tu misma edad. Piensa con la cabeza fría.