SIDA quiere decir Síndrome de Inmuno Deficiencia Adquirida y se produce por el contagio del virus VIH (Virus de Inmunodeficiencia Adquirida). Este virus debilita el sistema inmune y lo hace vulnerable a todo tipo de infecciones. Hoy por hoy es una enfermedad incurable y mortal, aunque existen fármacos que pueden retrasar el desarrollo de la enfermedad y mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Ser VIH positivo (tener anticuerpos contra SIDA) o estar infectado con el VIH no es lo mismo que tener SIDA. Muchas personas VIH positivas no desarrollan la enfermedad en muchos años.
El SIDA se contagia por tres vías: sexual (al entrar en contacto con los fluidos vaginales, líquido preseminal, semen o sangre); por vía sanguínea (contacto directo con heridas, mediante transfusiones o al hacerse sangre con objetos cortantes o punzantes contaminados); y por vía perinatal (contagio de la madre al hijo durante el embarazo, el parto o la lactancia).
El SIDA no se contagia a través de la saliva, las lágrimas o las picaduras de insectos; tampoco por convivir, abrazar o tocar a una persona infectada ni mediante muebles o utensilios compartidos. Sí hay que evitar compartir cuchillas, cepillos de dientes, jeringuillas u otros objetos que puedan entrar en contacto con sangre o fluidos de los órganos sexuales. El único método anticonceptivo que protege de su contagio es el preservativo.