El ibuprofeno es un antiinflamatorio no esteroideo (AINE), utilizado frecuentemente para el alivio sintomático del dolor de cabeza (cefalea), dolor dental, dolor muscular (mialgia), molestias de la menstruación (dismenorrea), dolor neurológico de carácter leve, síndrome febril y dolor tras cirugía (postquirúrgicos). También se usa para tratar cuadros inflamatorios, como los que se presentan en artritis, artritis reumatoide (AR) y artritis gotosa. Se utiliza más que el ácido acetilsalicílico ya que irrita menos el estómago y no es anticoagulante.
INDICACIONES:
Las indicaciones clínicas aprobadas para el ibuprofeno incluyen:
* Artritis reumatoidea
* Osteoartritis
* Artritis reumatoidea juvenil
* Dismenorrea primaria
* Fiebre
* Cialgias y lumbocialgias
* Alivio del dolor agudo o crónico, cuando el mismo se asocia con una reacción inflamatoria
* Orquitis crónica
* Se recomienda para cefaleas
Se ha demostrado alta efectividad en las cefaleas producidas por el consumo excesivo de alcohol -resaca- en pequeñas dosis y acompañado de comidas abundantes en fructosa.
POSOLÓGIA:
Un apunte a la posología es que debe ser tomado siempre tras una comida, o tomar algún alimento antes de ingerirla, debido a que reduce bastante la posibilidad de efectos secundarios relacionados con el estómago.
EFECTOS SECUNDARIOS:
En general es bien tolerado. Ocasionalmente, se presentan: dolor de cabeza, mareos, dolor de estómago, vómitos, estreñimiento, diarrea. Puede producir gastropatía, es decir, úlcera de estómago y duodeno, pero se considera que produce menor daño al estómago que otros antiinflamatorios no esteroideos (como el ácido acetilsalicílico).
El ibuprofeno no debe ser administrada en pacientes con pólipos nasales, angiedema, o reactividad broncoespástica a la aspirina.